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Elecciones regionales: ¿Producto del desánimo?

Al estar a tan solo pocos días de los resultados “legítimos” del proceso electoral de este domingo quince de octubre, en el que sorpresivamente, para algunos, la MUD salió con un saldo poco favorable de 5 gobernaciones, ante un PSUV que de manera increíble logra obtener diecisiete gobernaciones en los comicios electorales del pasado quince.

¿Qué es todo esto? ¿Cuáles son los motivos? ¿Es todo esto resultado del desánimo? No lo creo, creo que uno de los  principales errores ha sido la apuesta comunicacional que eligió la coalición opositora, en donde en lugar de invitarte a votar por ser un mero acto de lógica, de civilidad y de democracia; apostaron por vendernos indiscriminadamente a una figura junto a una oferta de partidos políticos que realizaron una campaña descontextualizada y desligada totalmente con las necesidades tangibles del país y en algún sentido, desligada a la situación traumática del país. Esta fue una campaña que jugaba a ser democrática, cuando en realidad, nunca estuvo cerca de serlo. No centramos nuestro foco de atención en que el verdadero problema no era intentar hacer una campaña apresurada para lograr obtener la mayoría de las gobernaciones. Nuestro foco de atención debió de haber sido promover con mucha más fuerza la participación ciudadana con  un mensaje firmemente intrínseco y unitario, pero sobre todo con un argumento más lógico y más convincente que el simple hecho de “no perder los espacios” o la propuesta de “derrotar al dictador local”.

A raíz de todo esto se generó un debate que llevo a una única e  indiscutible salida, votar. A la par de esta campaña también se generó un debate afilado sobre si votar, o no votar. Votar, es un hecho, un derecho y un deber esencial de cada ciudadano. Es un deber irrevocable e indiscutiblemente necesario. ¿Porque cómo gritar cuando uno mismo se coloca la mordaza? Es indispensable el hecho de reprimir y demostrar aquello que no nos gusta de una sola manera y esa es, votando. Para decir si me gusta o no me gusta. En relación al voto este gobierno ha logrado promover la abstención y  logró de alguna manera hacer una especie de lavado cerebral a muchos opositores, y a los no alineados a alguna tendencia política, ni hablar. Es así pues, como logras desmovilizar y colocar a un número importante de electores, casi un 39%, en una contraposición y desconcierto sobre el hecho de ejercer un derecho primordial e imprescindible, votar.

Definitivamente, a lo largo de la jornada del día  quince de octubre, Se pudo notar esa esencia de carácter armónico y democrático que caracteriza a los procesos electorales; aunque, no siendo ajeno a  nuestras realidades, muchos centros comenzaron su jornada con horas de retraso, lo cual, marcó la pauta en lo que fue el desarrollo, a pesar de haber sido un proceso con bastante sencillez y facilidad según las opiniones de muchos electores, hubo un sin fin de trabas y triquiñuelas que finalmente terminarían favoreciendo al oficialismo.

Ahora se plantea un escenario en el que sufrimos una derrota y en el que todo está perdido, no lo creo. Porque, hay cifras en la medición de voluntades del oficialismo con las que considerablemente se puede aseverar que existe una manipulación de carácter barbárico   y con mucha seguridad sesgada de lo que en realidad fue el proceso. El hecho de considerar el “ahora sí estamos perdidos” es una afirmación un poco ilusa y desligada de nuestra realidad de acción, una realidad en que las cosas no son color de rosas pero, sin la necesidad de parecer negativo o tedioso, considero que se debe de permanecer con los pies sobre la tierra en todo momento y eso implica el hecho de no claudicar y de no pensar que todo está acabado y haciendo alusión a la frase de, Leonardo Padrón, “es momento de insistir, resistir y sobre todo de persistir”. Creo que todo esto traerá una serie de consecuencias poco favorables para el oficialismo y que esto será otra razón para que se originen muchas más sanciones que, de seguro, harán flaquear al régimen y no solo desde los espacios internacionales, sino, que posiblemente sea un nuevo motivo que reactive la calle en nuestro país, esto es una visión de lo que se puede constatar de un panorama que debería de haber sido el más claro, indiferentemente de cualquiera que hubiese sido el resultado del día quince de octubre, debemos de tener la cabeza quieta y tener que lo que se debe de hacer ahora es dejar en el pasado la emocionalidad; y pensar lógicamente, con pudor y con moralidad ante las situaciones.



En definitiva, debemos de mantenernos con la cabeza fría y los pies sobre la tierra. Sin creer en lo que dice el régimen, pues su tendencia retórica siempre será la de atacar indiscriminadamente a todo aquel que muestre una posición apartada su doctrina populista de odio, generalizadora, insensible y satírica de nuestra cultura y nuestra sociedad. La interrogante hacia todo esto sería: ¿Si estamos dispuestos realmente a dejarnos pisotear por el desánimo que ferozmente promueve el oficialismo o si estamos dispuestos a permanecer con la cabeza bien centrada, con los pies sobre la tierra y dispuestos a actuar con respuestas sinceras, cabales y morales?

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